Reglas sencillas para una fachada moderna y funcional

Las nuevas tecnologías y los nuevos materiales han requerido un nuevo enfoque para el diseño de fachadas, lo que implica importantes cambios en la construcción de edificios. Las fachadas, cada vez más atrevidas, se caracterizan por un valor estético cada vez mayor. Al diseñar la casa de nuestros sueños, adornamos las fachadas con vidrio, piedra, madera, así como con pinturas y acabados de colores. Sin embargo, la apariencia estética de un edificio tiene muy poco que ver con una buena calidad de vida interior. Especialmente si los materiales instalados no contribuyen a un valor funcional satisfactorio.

¿Qué podemos hacer para evitar errores?

Consideremos, por ejemplo, el revestimiento de vidrio. El vidrio funciona de manera excelente cuando se trata de brindar luz y luz solar a los espacios interiores. Además, nos protege de la lluvia y el viento. Por otro lado, sin embargo, los revestimientos de vidrio no hacen un buen trabajo cuando se trata de mantener la temperatura interna deseada, cálida o fría. Por el contrario, el revestimiento de vidrio nos somete a temperaturas extremas que deterioran significativamente nuestras condiciones de vida en interiores.

¿Qué significa esto?

Simplemente, que ni las pinturas ni los acabados, ni el vidrio u otros recubrimientos modernos se conviertan automáticamente en aislantes térmicos. Independientemente del hecho de que hemos cubierto el exterior de nuestra casa con una capa, esta capa no contribuye automáticamente a mejorar significativamente la calidad de vida en el interior. Podemos comparar el efecto de esta capa usando un abrigo de invierno en el verano o caminando en la nieve con una camiseta.

““Las pinturas, los acabados, el vidrio, la piedra y otros materiales de revestimiento modernos no son aislantes automáticos de forma automática. Mejoran el aspecto de la casa, pero por sí solos no contribuyen a una buena calidad de vida interior.”

Por lo tanto, el diseño de una fachada no se trata solo de su aspecto. Más bien deberíamos considerar la fachada como un sistema que nos protegerá de las influencias ambientales. Si queremos evitar la aparición de puentes térmicos, es crucial que cada elemento de la envolvente del edificio se ejecute correctamente. Los puentes térmicos a menudo se asocian erróneamente con edificios antiguos, en la mayoría de los casos construidos sin aislamiento térmico, mientras que pueden causar problemas aún mayores en edificios más nuevos. Aunque estos últimos están generalmente bien aislados, los puentes térmicos se producen como resultado de un diseño inadecuado y detalles mal hechos que causan una menor eficiencia energética. Además, dado que la humedad del aire se condensa en las superficies internas frías, dan como resultado condiciones de vida desfavorables que permiten el crecimiento de moho. Esto ocurre sobre todo en edificios con ventanas selladas o sin ventilación.

Reglas para una fachada perfecta

Hoy en día es difícil imaginar una fachada sin aislamiento térmico, ya que la tendencia mundial de los edificios contemporáneos se dirige hacia edificios con eficiencia energética sostenible. Si la rehabilitación de su fachada no es una opción posible, por motivos financieros o estéticos (patrimonio cultural o desacuerdo), una solución parcial está representada por la aplicación de aislamiento térmico desde el interior, lo que mejora la eficiencia energética del edificio. Desafortunadamente, debemos considerar que esta opción reducirá nuestro espacio útil. Sin embargo, si planea renovar su fachada o construir un nuevo edificio, debe considerar cuidadosamente todas sus alternativas. Los niveles más altos de ahorro y calidad de vida en interiores solo se pueden lograr con el aislamiento térmico de alta calidad del edificio. De esta manera, podrá embellecer su fachada con cualquier cobertura de su elección, tal vez con piedra, obteniendo así una apariencia mucho más estética para su edificio.